jueves, 27 de marzo de 2014

RETOS DE LA PEDAGOGÍA PARA EL SIGLO XXI


Jair Valdés.

Los retos de la pedagogía para el siglo XXI deben centrarse cada vez más en la esencia  del personaje principal de la obra, más que en el atuendo, más que en el escenario, los reflectores e incluso el público que lo observe.

Todas las ramas con que trabaja la pedagogía son importantes;  la filosofía, la economía, la comunicación, la historia, la didáctica, la investigación, la psicología, la legislación y la sociología y de todas obtiene elementos y fuentes muy importantes.

La pedagogía  como toda ciencia  no está ni dejará de estar escrita o construida a plenitud. De hecho podríamos hablar que existen etapas y periodos  en los  que a lo largo de la historia se vienen desarrollando en mayor o menor medida estas ramas, ciencias, escuelas, tendencias, posturas y herramientas cuyo único fin es que el hombre se desarrolle plenamente para que pueda a su vez construir su legado para la humanidad y con esto sigamos avanzando en términos de evolución y progreso social, para poder alcanzar nuestras metas de convivencia, democracia e igualdad en el mundo.

Considero que hemos hecho bien nuestro trabajo en varios procesos, en distintas etapas y con diversos temas y herramientas para mejorar la calidad educativa, desde los estudiantes, los profesores, las instituciones y la sociedad, no así el gobierno cuya intención es delimitar en el caso de nuestro país el potencial que tenemos en nuestra nación en un pequeño marco en donde los beneficiados sean unos cuantos.

Nos hemos alejado de lo que la persona quiere, lo capacitamos desde la educación preescolar para que sea competente, lo datamos de herramientas, habilidades y técnicas. 

Los padres con recursos económicos pueden elegir una educación tradicionalista, rigurosa o incluso militarizada, pueden elegir también escuelas activas, laicas, Montessori o religiosas, de libre pensamiento o de pensamientos impuestos, escuelas técnicas o escuelas con enfoque comercial, de arte o deportivas, pero que es de los que no pueden pagar una institución privada y deben conformarse solo con lo que el estado mal ofrece.

Los padres definimos desde la casa el rumbo, el camino, las preferencias que deben tener nuestros hijos, en pleno siglo XXI seguimos imponiendo a nuestros hijos ideologías, creencias, formas de ser y de actuar ¿Con que derecho decidimos en nombre de nuestros hijos su futuro?

No es por lo tanto difícil entender porque nuestras sociedades están enfermas, porque los jóvenes deciden dejar las escuelas y no tener trabajo, porque hacer algo que no quieren hacer si durante años les fue impuesto un sistema que ellos no eligieron.

La apatía entre los jóvenes a principios de este siglo está relacionada con el propio desinterés que nosotros los padres, que nosotros como sociedad, que nosotros como familia tenemos con nuestros niños y jóvenes.

Hemos creado marcos jurídicos, leyes, planes de estudio, técnicas, escuelas y colegios, nuevas tecnologías, didácticas y garantías para los estudiantes, grandes filósofos, pensadores, sociólogos, psicólogos, y maestros han entregado sus vidas para contribuir a la construcción de una sociedad igualitaria, de naciones progresistas, y sin embargo, el sistema político y el capital nos mantiene  alejados de todos estos avances al grueso de la población, los pobres, cuyo único recurso son las escuelas de gobierno en el mejor de los casos no pueden pensar en calidad educativa, mucho menos en calidad de vida.

Esta etapa debe centrarse en el individuo, en sus intereses, elecciones,  en sus preocupaciones, en sus aptitudes y actitudes, en sus logros y fallas, en sus sentimientos, en su persona. El primer objetivo a lograr para la pedagogía del siglo XXI y su principal reto debe ser el levantamiento  y surgimiento del Súper Hombre; el Übermensch como decía Friedrich Nietzsche.

Los retos para la pedagogía del siglo XXI deben estar centrados en lo más esencial y básico, la felicidad de las personas, para que con todas las herramientas con que dispone el hombre este pueda elegir libremente y crear su sistema educativo, elaborar sus ideas, generar pensamiento con base en las ideologías que crea pertinentes.

Generación a generación se debe transmitir el legado que las grandes mentes se preocuparon por dejarnos y para esto es necesario dejarlo a disposición de los hombres y que sean estos los que busquen con libertad lo que les sirva, lo que puedan seguir desarrollando y lo que crean se debe seguir transmitiendo, sin necesidad de una figura o una acción impositiva.

FELICIDADES:
Dra. Teresa López L.
Maestra Liliana Dircio.
Maesta Fabiola Rodríguez.
Doctor. Héctor Martínez Reyes. 

Por la publicación de la revista:







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