Pedagogía Revolucionaria; Freire.
Jair Valdés.
La
palabra revolución inmediatamente nos lleva a pensar en rifles, uniformes
camuflados, batallas en la selva, las montañas y la ciudad, nos trae de
inmediato las imágenes que por asociación lógica nuestro cerebro trae de forma
inmediata, las imágenes del Che Guevara, de la revolución cubana, de los
zapatistas, de Lucio Cabañas o Cesar Sandino, revolución también nos acerca a
las marchas a hippies, a una rola de los Beatles, a un ideal. Pero para el
grueso de la población la palabra revolución no es otra cosa que rebeldía,
revuelta, revoltosos, grillos, huevones, inadaptados o anacrónicos.
Sin
duda las grandes revoluciones de la humanidad, los cambios trascendentales, la
concepción de un mundo mejor tiene que ver directamente con la educación, el
pensamiento filosófico, la crítica, la formación humana y científica nos han
llevado al progreso; abandonar las cavernas, salir avante de la época oscura de
la edad media, llegar la luna, lograr una independencia o una revolución son
cambios que se han logrado por el estudio y por el anhelo de ser mejores como
seres humanos y de llegar a un punto donde la igualdad sea una realidad.
Estos
cambios son importantes en todo sistema, en todo gobierno, pero las masas no se
dan cuenta de la realidad hasta que propiamente entienden su realidad. Entender
la realidad no es fácil para quien tiene estudios, es letrado, tiene una
licenciatura y trabajo, entender la realidad por lo tanto para una persona sin
estudios es aún más difícil.
Freire
es un gran pedagogo y revolucionario, preocupado por alfabetizar a su pueblo
emprendió una gran labor en Brasil.
La
educación como práctica de la libertad, es una de sus obras excepcionales, ya
que en efecto el conocimiento nos permite liberarnos de las mentiras, de los
engaños, de nuestras propias ataduras y si podemos liberarnos primero de
nuestras ataduras, seguramente podremos luchar por liberarnos de las cadenas
con las cuales nos sujeta el estado.
La
palabra es liberadora, un conjunto de palabras es un arma, las palabras más las
ideas nos proporcionan una conciencia crítica y humana y estos son los
elementos que necesita todo hombre para ser libre, para enfrentarse al mundo que se encarga de mantenernos quietos e inmóviles, para
enfrentar este mundo que nos ofrece olvidarnos de la palabra y con esto de las
ideas.
Paulo
Freire fue un revolucionario, logró la alfabetización y sentó en sus obras la
importancia de la pedagogía, de la educación para que una comunidad, un pueblo,
una nación salga adelante.
Es
muy importante saber distinguir la educación que utiliza el estado como aparato
ideológico de control y la educación revolucionaria, la educación liberadora.
Lo
típico es creer que la educación es la gran solución para resolver los
problemas de un país, común mente escuchamos que los niños y jóvenes son el
presente y futuro de una nación y que la educación es la herramienta que
llevará a estas personitas a revolucionar el mundo, el estado y las
instituciones incluida la familia nos venden este paquete pero lo que no
sabemos es que el estado utiliza las escuelas para plasmar, sembrar e inculcar
ideologías que comulguen y sean respaldo
de políticas públicas, el estado utiliza la escuela para formar técnicos, para
crear engranes de una gran maquinaria de producción, contamina las carreras más
humanas como la medicina y las leyes para crear una visión banal, superflua y
mercantil de la salud y la justicia, el resultado es palpable en nuestra
sociedad, los médicos se preocupan por cuanto van a cobrar, más que por cuántas
vidas van a salvar, los abogados se preocupan más por comprar autos y mujeres
con lo que le cobraran a una persona inocente de escasos recursos.
De
ahí la importancia de la pedagogía revolucionaria y de figuras como Paulo
Freire, que veía en la educación un semillero para que floreciera la verdadera
sociedad humana, de ahí la importancia de educar para la libertad y no de educar
para domesticar, alienar y controlar al
hombre.
Es
importante tanto como la alfabetización la concientización de las masas, muchos
revolucionarios se han preocupado por esto, durante la guerra o guerrillas
existen registros de la labor educativa de las fuerzas revolucionarias en
comunidades donde las letras no llegan y educar a la par de luchar en una
guerra para liberar al hombre son los actos de amor más sinceros que un hombre
puede hacer por otro hombre.
Normalmente
se tiene a la educación como un tema más, una secretaría, como el hecho de asistir
a la escuela para aprender, como la fuente maravillosa para aprender
computación e inglés, como la gran estructura que formará al individuo y lo
llevará al camino del éxito, como un tema poco comprendido en una sesión de
café entre las mamás que van a charlar y actualizar chismes.
Y
no imaginamos él porque es el gran debate y la gran lucha entre dos visiones
para controlar a las masas o para liberarlas, fue motivo de discusión entre
conservadores y liberales, es esa cuerda que jala el capitalismo de un lado y
el socialismo del otro, es un producto mercantil de las democracias, es el
lugar donde las fábricas y empresas esperan que se capacite al hombre para ser
productivo, eficiente, dócil, agachado y obediente, es la mercancía de los
políticos en campaña electoral.
Pero
para quienes estamos inmersos en la pedagogía, la educación debe ser como decía Paulo
Freire; un acto de amor.
En
poemas, relatos, pensamientos e ideas he plasmado que el amor es el motor de
todas las cosas, obviamente este pensamiento es repetición o en todo caso
resultado de todas mis influencias en este gran rompecabezas que comprenden mis
influencias musicales, literarias, históricas, artísticas, sociales, familiares
y desde luego la mujer en sí misma.
El
amor nos conduce, nos sensibiliza, nos vuelve críticos y conscientes, nos
permite entender al otro, el amor es democrático, el amor sincero no es egoísta,
nos abre los ojos a la realidad y nos permite entonces querer que el otro viva
en las mismas condiciones o mejores que uno, nos permite voltear a ver a quien
necesita de nuestra ayuda y tenderle la mano.
Freire
es tan revolucionario, tan amoroso y tan poético como el Che Guevara, Silvio
Rodríguez, Pablo Neruda o Gandhi.
Los
que luchamos por una educación de calidad debemos sentir en el corazón primero
que nada la necesidad de entender para
ayudar al otro, para liberarlo.
Hoy
en día se bombardea a la gente con las palabras: educación de calidad, y
nuevamente el estado vende este paquete como Mctrio de Mc Donald, vende la escuela como una Big mac, el inglés como
un refresco y la computación como unas papas.
Pero
la verdadera educación de calidad es la que pretende transformar la visión de
las cosas, la que se preocupa más por las emociones que por la formación
técnica de las personas.
Freire
entonces debe ser referencia cuando hablamos de revolución, lucha, cambios
sociales, su obra debe ser entendida y propagada, su amor y su esfuerzo por
alfabetizar y educar deben ser ejemplo para todo pedagogo dentro del contexto
educativo, pero en lo general para todo luchador y persona que intente cambiar
su entorno y con esto de poco en poco tratar de vivir en un mundo mejor, que
nos resulte más igualitario y humano, donde el consumo no reine, un mundo en el
cual entendamos que lo más importante es ser y no tener.
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